Hoy en #LeoConVos, Marta Libedinsky, comparte un fragmento para leer que nos permite preguntarnos: ¿cuál es la función de la escuela?
Me encanta que los autores enumeren en una oración una variedad de objetos de conocimientos que la escuela puede transformar en significativos. Me fascina que otorguen a la escuela capacidad para impulsar sucesos mágicos y que la hagan responsable de despertar intereses. Cualquiera sea el contenido de que se trate.
Una demostración matemática, una novela, un virus, un cromosoma, un bloque de madera o un motor: todas estas cosas se vuelvan interesantes y significativas. Ese es el acontecimiento mágico de la escuela, ese movere- ese movimiento real- que no hay que remontar a una decisión, a una elección o a una motivación personal. Mientras la motivación es una especie de asunto personal y mental, el interés es siempre que está fuera de nosotros mismos, algo que nos toca y conmueve, y nos impulsa a estudiar, a pensar y a practicar.
Simons, M.; Masschelein, J. (2014). Defensa de la escuela. Una cuestión pública. Buenos Aires: Miño y Dávila. p.51